viernes, 1 de agosto de 2014

'La voz a ti debida', de Pedro Salinas (Madrid, 1891- Boston, 1951)

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.

La vida en imágenes

A veces elegimos fotografiar a mirar, a experimentar directamente o, desde luego, a actuar. Vivimos rodeados de fotografías e imágenes que nos dan la sensación de aprehender el mundo, de poder transportarnos en el espacio y en el tiempo. De comprender. Pero puede ser sólo una sensación porque el mundo es siempre "otra cosa". Que también precisa interpretación. Algo previo a las imágenes que sólo operan en la medida en que se las interpreta. La fotografía como mapa que puede orientar o llevar al extravío.
Nunca hemos tenido tanta facilidad para captar imágenes y para almacenarlas, aunque luego es fácil que se olviden en los contenedores de los discos duros o de la nube. Lo que, cuando se piensa, siempre produce una extraña melancolía. Está todo allí pero no es fácil de localizar, se precisa demasiado tiempo que quizá ya no tenemos. Seleccionar sigue necesitando sabiduría y esfuerzo, una actitud disciplinada, muchas veces lejana a la que se supone al juego y al ocio. Necesitamos simplicidad, resumir. Unas pocas fotos que supongan llaves para que se activé la memoria emocional.
La fotografía es nostalgia porque simula detener el tiempo que no se detiene o poder vislumbrar lo que no se va a tener nunca y, sin embargo, quizá nos emocione más que la realidad que hubiéramos podido tocar con los dedos y que nunca es suficientemente sólida cuando la vivimos...
Aquel libro de Susan Sontag que da para discutir y pensar tanto en esta época de las pantallas...
"Esta es una época nostálgica, y las fotografías promueven la nostalgia activamente. La fotografía es un arte elegíaco, un arte crepuscular. Casi todo lo que se fotografia, por ese hecho, esta impregnado de patetismo. Algo feo o grotesco puede ser conmovedor porque la atención del fotógrafo lo ha dignificado. Algo bello puede ser objeto de sentimientos tristes porque ha envejecido o decaído o ya no existe. Todas las fotografías son "memento morí" hacer una fotografía es participar de la mortalidad, vulnerabilidad, mutabilidad de otra persona o cosa. Precisamente porque seccionan un momento y lo congelan, las fotografías atestiguan la despiadada disolución del tiempo."
"Una fotografía es a la vez una pseudo presencia y un signo de ausencia. Como el fuego del hogar, las fotografías -sobre todo las de personas, de paisajes distantes y ciudades remotas, de un pasado desaparecido- incitan a la ensoñación. La percepción de lo inalcanzable que pueden evocar las fotografías se suministra directamente a los sentimientos eróticos de quienes ven en la distancia un acicate del deseo. La foto del amante en la billetera de una mujer casada, el cartel fotográfico de una estrella de rock fijado sobre la cama de un adolescente, el retrato de propaganda del político prendido en la solapa del votante, las instantáneas de los hijos del taxista en la visera: todos los usos talismánicos de las fotografías expresan una actitud sentimental e implícitamente mágica; son tentativas de alcanzar o apropiarse de otra realidad."
SUSAN SONTAG "Sobre la fotografía" 1973