lunes, 21 de octubre de 2019

Una de Domenico Modugno.


“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió…” escribió y cantó Sabina seguramente cuando era un pipiolo, aunque razón tiene, si bien hay cosas que no es lo mismo que te pillen a los veinte que a los cuarenta, y mira tú que en estas cuestiones, la edad es punto a favor.
Hace unos días me devolvieron las alas, alas que puse a disposición sin que nadie me lo pidiese, en un acto seguramente irresponsable pero necesario. Actué con un sorprendente arrojo, dejándome llevar, consciente de lo que hacía y todo lo que podía cambiar.
Llevo unos días hablando sobre la fuerza de la voluntad, las casualidades, el destino, el puntito de suerte… Creo que al final la vida es un cóctel y yo no puedo quejarme del resultado, si bien a veces el inmediato no termina de gustarme, al largo plazo tuve siempre que darle la razón. En ello confío una vez más, esta vez más fuerte, con el alma y el corazón rebosantes de alegría, porque si hay algo que me sienta bien son esas alas y lo mejor que puedo hacer con ellas es hacerlas volar.

jueves, 28 de febrero de 2019

La libertad debe ser esto

Tengo grabadas un puñado de imágenes bajando del Portichol, volviendo casa. Los matices del amanecer, los rojos de la tarde, el tapiz de bombillas a la noche...Y siempre ese nudo en el estómago de enamorada, que si bien la libertad viene de lejos, nunca perdió el aroma de recién estrenada. Ni ayer, ni hoy.

jueves, 14 de febrero de 2019

Laforet

"Salí a pasear sin rumbo fijo, llevando mi carterón de estudiante con mis escritos eternamente colgado al hombro. No tenía que decir a nadie dónde iba, y salía y volvía a casa a la hora que me parecía..."

"Ya estaba en la calle, en aquella gloria de día. No era demasiado ardoroso, y, sin embargo, llenaba los ojos de luz. Todas aquellas horas para dejarse vivir en ellas... Para vagabundear.
Hacía mucho que Rosa no puede hacer esto. Vagabundear. Ir de una lado a otro a pacer, sin objeto. Cuando la gustaba..."


" Agradezco al destino esta profunda e indescriptible sensación de vida intensa que me produce prepara mi maleta. En el fondo de mi conciencia sé que no es verdad esta idea que llevo metida en la sangre. De que soy una vagabunda, de que mi casa está en los trenes, en los barcos, de que no quiero pararme nunca y vagar de un sitio a otro. Yo sé que por uno u otro motivo, mi maleta duerme y descansa muchísimo, pero el solo hecho de tener entre las manos, despierta en mí ese personaje de sueños de mi adolescencia..."

Carmen Laforet.

La libertad es esto.